martes, 30 de octubre de 2007

ALAIN RESNAIS EN LA LUGONES

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Laberintos de la memoria de un realista de lo imaginario

Un repaso de la obra del autor de Hiroshima mon amour y de dos escritores que trabajaron muy cerca suyo: Marguerite Duras y Alain Robbe-Grillet.
“Las relaciones entre el pasado y el presente, entre la memoria y la imaginación, son temas que pertenecen a todos los cineastas. No me son personales en absoluto. Vuelven sin descanso una y otra vez, hasta en la canción popular”, se ha defendido Alain Resnais, como si hubiera querido sacarse de encima el peso con el cual se lo identifica como uno de los autores más personales del cine europeo de posguerra. Pero la retrospectiva que a partir de hoy le dedica la Sala Leopoldo Lugones –“Reencuentro con Alain Resnais (+Duras y Robbe–Grillet)”–, que se prolongará hasta el jueves 15 de noviembre, parece venir a desmentirlo, con la contundencia de su propia obra. La muestra –organizada por el Complejo Teatral de Buenos Aires y la Fundación Cinemateca Argentina, con el auspicio y la colaboración de la Embajada de Francia– estará integrada por siete films de este notable realizador francés, que en buena parte de su cine (con la colaboración en el guión de escritores de la talla de Marguerite Duras, Alain Robbe-Grillet, Jean Cayrol y David Mercer) se internó en los laberintos del pasado y la memoria.
“En mis películas –ha dicho Resnais– intento poner en escena los cambios de ritmo del pensamiento, los movimientos de la vida interior, e intento hacerlo de manera realista. Por eso me considero un realista de lo imaginario. Pienso que tenía razón André Breton cuando se negaba a considerar la vida de la imaginación como algo separado de la vida real. Vida exterior y vida interior son reales de la misma, idéntica forma. La dificultad del cine, forma de expresión muy idónea para fijar este proceso mental, consiste en lograr crear imágenes que lleguen a emocionar el inconsciente del espectador casi a pesar suyo.”
El ciclo se completa con un documental inédito en la Argentina sobre Marguerite Duras (una influencia fundamental en el primer comienzo de la obra de Resnais) y con tres largometrajes como director del novelista Alain Robbe-Grillet, quien decidió iniciarse como cineasta a partir de su experiencia como guionista de Hace un año en Marienbad.
Hoy y mañana se verá el primer largometraje de Resnais (85 años recién cumplidos), que sigue siendo un film esencial no sólo en su obra, sino en toda la historia del cine: Hiroshima mon amour (1958). A partir de un guión de Marguerite Duras, que pone en escena el encuentro amoroso de dos sobrevivientes –ella (Emmanuelle Riva), del nazismo; él (Eiji Okada), del holocausto nuclear de Hiroshima–, Resnais inscribe en la piel desnuda de esa pareja la memoria de un siglo signado por el horror. Para completar esa película legendaria, el jueves 1º se verá Marguerite tal cual es (2003), documental de Dominique Auvray sobre Duras como novelista, guionista y cineasta.
El viernes 2 va otro superclásico, Hace un año en Marienbad (1961), esta vez con guión original de Alain-Robbe Grillet, un vulgar triángulo amoroso que en la visión de Resnais se convierte en un puzzle hecho de fragmentos o recuerdos, un film tan abstracto como las figuras geométricas que dibujan el trazado de esa gélida pasión. El sábado 3 y el domingo 4 es la oportunidad de ver una de las obras mayores de Resnais y también, paradójicamente, uno de sus films menos visitados: Muriel (el tiempo de un retorno) (1962), protagonizado por Delphine Seyrig. Muriel es alguien que ya no existe, una pobre muchacha argelina, muerta –tal vez– después de las torturas a que la sometieron, casi alegremente, para que todo fuera más patético, un grupo de jóvenes soldados franceses.
El martes 6 el ciclo continúa con Providence (1976), sobre guión de David Mercer, con un elenco de primera línea: Dirk Bogarde, Ellen Burstyn, David Warner y John Gielgud. El miércoles 7 es el turno de Mi tío de América (1980), un experimento sobre las teorías conductistas del neurólogo Henri Laborit, con un joven Gérard Depardieu. Y el jueves 8 va Mélo (1986), sobre una pieza teatral de Henri Bernstein, una película nunca estrenada en la Argentina que el crítico Jonathan Rosenbaum considera como una de las cien mejores de toda la historia del cine.
El viernes 9 se proyecta Conozco la canción (1998), múltiples historias de varios personajes vinculados entre sí, con sus pequeñas alegrías y dramas personales –todos, por supuesto, producto del amor–, pero con la salvedad de que cuando tienen que expresar sus emociones allí brota una canción. Una pequeña obra maestra. Y entre el martes 13 y el jueves 15 se verán La inmortal (1963), Trans-Europa Express (1966) y El hombre que miente (1968), tres films escritos y dirigidos por Alain Ro-bbe-Grillet donde se nota la profunda influencia que ejerció sobre su cine la sombra de Alain Resnais.
Precios, horarios y más información en www.teatrosanmartin.com.ar/cine

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